Era inevitable: la política metió la cola en el tenis y en la disputa por conseguir la sede de la final de la Copa Davis y se supo que Mar del Plata sumó dos apoyos fundamentales para torcer la balanza a su favor, ya que el gobernador Daniel Scioli y el jefe de Gabinete Sergio Massa se mostraron entusiasmados con la posibilidad de ver en la ciudad más turística de Argentina a David Nalbandian y Rafael Nadal, el N° 1 del mundo. En tanto, Mientras tanto, en la Jefatura de Gabinete
se atajaron y negaron que Massa se haya sumado al lobby marplatense para sacarle la final de la Davis a Buenos Aires o a Córdoba. No obstante se confirmó que el intendente de Mar del Plata, Gustavo Pulti, conversó por teléfono con Massa y que éste le dijo que "como bonaerense me gustaría mucho" que la final de la Davis se juegue en esa ciudad. Palabras parecidas escuchó Pulti de Scioli, un marplatense por adopción y a quien no le viene nada mal aparecer fogoneando un espectáculo formidable como serán los duelos de Nadal y Ferrer contra Nalbandian y Del Potro. Y Massa evidentemente sumó puntos al trascender que algo pudo hacer para que la final se juegue en su territorio. Por su parte, en la Asociación Argentina de Tenis (AAT) recibieron el llamado de un propio jugador pidiendo que "atendieran el pedido de Mar del Plata" de ser sede de la definición. Es sabido que la final de la Copa Davis, además del prestigio deportivo, implica un formidable negocio millonario en publicidad, marketing y turismo.

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